Después de un día agotador de trabajo y noticias, nada más relajante y sabroso que un trago para conversar con amigos. Eso pude hacer esta semana cuando por invitación de la gente de Rosalinda, un precioso lugar en Caracas, disfruté unos momentos fuera del tráfico caraqueño que nos agobia, gracias a quienes no han permitido el día de Via Libre.
Mientras logramos alguna medida similar nada mejor que detenernos en Rosalinda, al salir de la oficina, antes de tomar nuevamente el camino a casa.
Mientras logramos alguna medida similar nada mejor que detenernos en Rosalinda, al salir de la oficina, antes de tomar nuevamente el camino a casa.
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